La mujer afirma que ese billete era bueno, puesto que un día le pidió cambio a su nieto mientras jugaba a un juego de mesa y le devolvió varios billetes más pequeños similares a éste.
La empresa del conocido juego no se hace responsable de tales actividades y se ofrece a cambiar el texto de sus billetes de juguete, exclamando: "¡No es un billete de verdad!"
Aquí la anciana mostrando sus billetes del Mocopoly
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