Los echos ocurrieron el pasado 14 de noviembre, cuando un par de individuos (que se cree que entre los dos sumaban 4 dientes), entraron y uno de ellos amenazó al dependiente con un boli Bic, y el otro agarró un par de zapatos y salieron corriendo, no sin antes pegarle un puñetazo al mostrador y rompiéndose los nudillos en el intento.
Pasadas dos horas, volvieron para ver si les descambiaban los zapatos porque le venían grandes, y como el dependiente se negó, fueron a denunciar a la zapatería por daños y perjuicios, y por haberse roto la mano anteriormente.
Todo acabó bien, los delincuentes al final siguen por las calles deambulando y robando bolsos a abuelas de 90 años, y el dependiente le tocó pagar daños y perjuicios al ladrón, y encima, pagar de su bolsillo el par de zapatos que se llevaron.
El boli Bic sigue en el laboratorio de la policia para investigar sus huellas. Que vete a saber que cosas habrían hecho antes con él.
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